Cualquier obra material, cualquiera que sea su valor artístico, histórico, o documental, es susceptible de degradación material debido a factores naturales o artificiales. En cuanto a las primeras podemos citar cambios de humedad y temperatura, movimientos sísmicos, etc. En cuanto a las causas artificiales son eminentemente humanas: vandalismo, guerras, contaminación, negligencia, etc.

            Para la conservación de los bienes culturales, además de cuidado y respeto personal de cada ciudadano, es necesaria la intervención de personal cualificado. Esta labor es responsabilidad del conservador-restaurador.
            Es conveniente conocer el significado y empleo de los términos conservación y restauración de obras de arte. Cualquiera entiende de una manera simplista lo que es restauración: frecuentemente, reconstruir. Quizá porque en el S. XIX Violet-le-Duc, (arquitecto y restaurador francés que colaboró durante once años en la restauración de Nôtre-Dame de París), llevó la definición de restauración hasta sus últimas consecuencias. Restaurar es “restablecer la obra de arte a un estado completo, aunque esta situación no existiera nunca”.
            Hasta el S. XIX no hay discusión entre ambos conceptos. Es ya en el S. XX cuando, partiendo de bases científicas y criterios modernos se empieza a dar importancia a la filosofía de la conservación. La palabra conservación o preservación se va abriendo camino a partir de 1.930, en la Conferencia Internacional para la Conservación de Obras de Arte de Roma, con la ponencia de Paul Coremans en la que da las siguientes definiciones:”Conservación es un tratamiento limitado sobre una obra orientado hacia el mantenimiento de la integridad que está paralizando o neutralizando las causas que motivan su destrucción. Genera la materia alterada, remedia las alteraciones naturales que haya sufrido, para lograr una estabilización”. (Lo que hace la conservación es frenar las causas de degradación).
            Restauración: parte de la anterior y añade a la obra otras materias; sustituye las que están degradadas, para tender a la reconstrucción más o menos completa de la obra de arte desde el punto de vista estético. Para Umberto Baldini, director del Instituto Florentino de Restauración, a quien se debe entre otros trabajos el salvamento del crucifijo de Cimabue tras la inundación que asoló Florencia en 1.966:
            “Restaurar es una operación técnica que tiene por objeto prolongar la vida de la obra controlando el proceso de degradación debido al envejecimiento de su materia”.
            Marijnissen, en su obra “Degradación, Conservación y Restauración de la Obra de Arte”, dice que la conservación se abstiene de todo añadido, y se ocupa de los aspectos técnicos, mientras que la restauración es la inserción de uno o varios añadidos reconocibles o no, que tienden a completar la obra de arte, a diferencia de la teoría de Césare Brandi, que a lo largo de veinte años dirigió el Instituto Central del Restauro de Roma y Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Palermo, en su “Teoría de la Restauración”, siguiendo un meticuloso análisis filosófico y científico sobre la restauración establece dos principios axiomáticos (axioma=verdad demostrada por sí misma). El primero determina que se restaura sólo la materia de la obra de arte y, como consecuencia de éste, enuncia el segundo principio:” la Restauración debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial de la obra de arte, siempre que éste no sea posible, sin cometer una falsificación artística o una falsificación histórica y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a través del tiempo”.
DATOS HISTÓRICOS SOBRE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN: CONCEPTOS Y CRITERIOS   
            En la Antigüedad existió preocupación por la conservación de los objetos artísticos según testimonio de Pausanias, geógrafo griego que vivió en el S.II de nuestra era, que recorrió Grecia y gran parte de Asia Menor en busca de materiales para su obra de diez volúmenes “Hellados Pediégesis” (Itinerario de Grecia), en la que ofrece vívida descripción geográfica de los lugares que visitó, acompañada de valiosos y precisos datos históricos, mitológicos, costumbristas, arquitectónicos y artísticos. En la obra describe que cuando los griegos veían la degradación de la madera hacían ungüentos de flores para preservar de la corrupción a las imágenes o bien, en otras ocasiones utilizaban pez para impermeabilizar”. (Pez es una sustancia resinosa, sólida , lustrosa, de color pardo amarillento, que se obtiene echando en agua fría el resido que queda de la trementina al acabar de quitarle el aguarrás).
            Fundamentalmente, los artistas griegos y romanos se preocupaban de la perdurabilidad de sus obras, y por ello seleccionaban cuidadosamente los materiales a emplear. Vitruvio y Plinio el Viejo (S.I a.c.), en su obra Naturae Historiarum, dan información sobre los tratamientos y reparaciones destinadas a la conservación y, en algún caso para readaptarlas al estilo de algún famoso artista de épocas anteriores. Respecto al criterio seguido para resolver problemas de limpieza y reintegración de lagunas, nos hace pensar en limpiezas a fondo de las pinturas e integraciones imitativas del original ausente, igualando los tonos y la pátina.
            Existen pocos datos bibliográficos sobre las restauraciones en la Edad Media. Se tienen algunos indicios del S. XII al XIV de un inicial respeto por las obras legadas del mundo clásico. Como ejemplo de ello es el edicto que el senado romano promulgó en 1.162 para la conservación de la Columna Trajana de Roma. Durante la época medieval la pintura no interesa más que como medio de exaltación religiosa. Así pues, se ha comprobado que en materia de restauración la moda imperante sería la modernización o transformación de obras paganas en religiosas.
            Durante el Renacimiento muchos artistas trabajaron para restaurar el arte clásico. Las limpiezas se efectuaban apurando en la eliminación del barniz al máximo, y reintegraban las lagunas pictóricas de manera que siguiesen pareciendo antiguas. El motivo principal de esta actividad fue la idealización que el hombre del Renacimiento tuvo dela Antigüedad, y que le llevó a completar las obras según lo que él concebía como antiguo, principalmente en monumentos arquitectónicos. Las modificaciones fueron muy frecuentes en las restauraciones.de Gemma Ramírez Millares

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