El pasado 1 de Febrero los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia de la “Hermana de la Gioconda” de Leonardo da Vinci. Dicha obra estaba  en la Colección del Museo del Prado desde la primera mitad del S.XVII.

Salta la noticia a raíz de los estudios técnicos y el proceso de intervención, que incluía el levantamiento de los repintes que afectaban al modo de la figura. Un denso repinte oscuro aplanaba visualmente el fondo. Bajo esta capa pictórica añadida hacia el S.XVIII  se ocultaba un paisaje toscano similar al de la Gioconda, mostrándose como ventana abierta a la naturaleza.
A lo largo de la historia son frecuentes este tipo de añadidos, consecuencia de un cambio de gusto, de ideología, de conservación para proteger la obra de daños, como en el caso de conflictos bélicos, manos inexpertas que no saben hacer una reintegración cromática, etc.
El ejemplo más famoso es el de la Santa Catalina que aparentaba ser obra de un manierista de tercera fila; tras el proceso de limpieza se comprobó que la obra se trataba nada menos que de la Dama del Unicornio de Rafael.
El rico protagonista de la novela de Eric Ambler, “La Luz del día” , de 1962, más tarde llevada al cine como “El caso de Thomas Crown”  bromea con una obra de arte que roba de un museo, para más tarde devolverla  repintada (con técnica reversible, claro).
Otra noticia que nos dio el mundo del arte el pasado 21 de Marzo. En este caso se trata de una obra perdida de Van Gogh, en la que aparecen representados dos luchadores; en sus célebres cartas a su hermano Thèo habla de esta obra. Las estrecheces económicas que padeció el artista le llevaron a repintar la obra con el objetivo de su reutilización para pintar una “Naturaleza muerta con amapolas y rosas”. El lienzo se encuentra en  el Museo Kröller-Müller, Países Bajos, y se encuentra sin firmar. En 1.998 se inició un estudio técnico, y la prueba de Rayos X reveló la existencia de una obra subyacente.

 

 

 

Nosotras nos hemos encontrado con obras que nos sorprendieron al levantar los repintes. Uno de los casos es de un encargo de restauración de la red de Paradores. La obra en apariencia era una Kermés realizada sobre una plancha de cobre. Al iniciar el proceso de limpieza, nos dimos cuenta de que los árboles ocultaban un repinte de una figura humana. Solicitamos permiso a nuestro cliente para levantar el repinte, y la escena pagana se transformó en una obra con sentido religioso, puesto que la figura humana era un apóstol.

 

Otro caso fue la pareja del anterior cuadro. En esta ocasión los personajes ocultados fueron San Simón y San Judas Tadeo que eran hermanos, apóstoles, primos de Jesús, y suelen aparecer juntos cada vez que se les representa. La escena que apareció debajo del repinte fue “la Caida del Templo de Saumir”.Esta escena pertenece al final de su apostolado, en Persia, en la ciudad de Saumir, donde el culto pagano estaba dirigido al Sol y la Luna. Allí  apresaron a los santos y los ejecutaron y al tiempo, hubo un terremoto que derrumbó el templo.

Antes de la restauración

testigos de limpieza

 

 

De un cliente particular  también recibimos una obra que representaba una Virgen Inmaculada sobre un fondo de nubes. Tras unas catas de limpieza para la eliminar un grueso repinte, se descubrieron debajo de las nubes un coro de angelitos sobre un fondo en el que se puede apreciar un puerto marítimo.

 

 

 

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