Recientemente hemos realizado la restauración de un fantástico cuadro que representa las letanías de la Virgen María. Cuando fuimos al domicilio del cliente particular que solicitó presupuesto, vimos que la obra estaba muy sucia, con restos de barniz aplicados de manera burda, y numerosos desgastes en la zona inferior.

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RESTAURACIÓN DE LAS LETANÍAS DE LA VÍRGEN MARÍA. Óleo sobre lienzo. Colección particular

Se trata de una obra pintada en el S. XVII por un artista culto, que se inspiró en un grabado del artista Raffaello Schiaminossi, que se conserva en la Scottish National Gallery of Modern Art. Esta referencia fue de gran ayuda para el tratamiento de reintegración cromática que hubo que realizar en la última fase del tratamiento.

La restauración de esta obra de arte es un ejemplo de cómo los repintes que pueda tener una pintura, afectan a la calidad de la obra, y devalúan su valor estético y económico a la vez.

Tratamiento del lienzo. El soporte del cuadro

La primera fase de los trabajos consistió en estabilizar el soporte, eliminando las deformaciones del lienzo. Para ello la tela fue destensada del bastidor, y colocada en la mesa de trabajo. La corrección de deformaciones se efectuó con ayuda de presión y humedad controlada. Una vez limpio el tejido por el reverso, se adhirieron unas bandas de tensión, a base de lino fatigado y desflecado en sus bordes. Este proceso es muy común en la restauración de cuadros, y tiene como finalidad evitar que la banda de tensión se marque por el anverso de la obra de arte. El adhesivo que utilizamos los restauradores profesionales es beva film®.

repintes en cuadros al oleo
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El bastidor original carecía de biseles, travesaño de cruceta, así como espacio para la inserción de cuñas en los ángulos. Por este motivo fue reemplazado por otro de nueva factura. Los restauradores de obras de arte tendemos a evitar el cambio del bastidor original, y sólo procedemos a sustituirlo por el beneficio de la obra y su correcta tensión.

Tratamiento de la pintura

Una vez tensado el soporte, procedimos a efectuar las pruebas de limpieza de la capa pictórica. Para ello se realizó un test de limpieza para determinar la solubilidad, yendo de menos a más. El tratamiento de limpieza de policromías se realizó en sucesivos procesos. En primer lugar se eliminaron los barnices industriales que fueron aplicados en forma de brochazos, con goterones, y de manera irregular. La luminosidad de los colores originales estaban oscurecidos por una capa marrón que los apagaba.

​Cuando se limpió el rostro de la Virgen María, comprobamos que bajo la capa de pintura se trasparentaban unos ojos dentro de otra composición diferente.

lienzo con bordes

Ensayos técnicos no invasivos

En el momento de la duda sobre si merecía la pena eliminar el repinte o no, decidimos contactar con la empresa italiana Diagnostica per il Restauro, que realizó una fotografía multiespectral. A través de una cámara fotosensible, se pudo obtener la imagen de cómo era el aspecto y calidad del original oculto bajo los repintes. No sólo el rostro y las manos de la Virgen estaban repintados; también las alas de los ángeles que rodean la escena, así como su indumentaria.

Eliminación de repintes

El proceso de eliminación de repintes en obras pictóricas, es sumamente delicado. Requiere el control de los medios químicos que sean capaces de ablandar la capa de pintura externa, sin dañar la capa pictórica original de la obra. Para ello es necesario ayudarse por un bisturí, así como mucha experiencia y destreza. Una vez los colores originales salen a la luz, cuesta imaginar el motivo por el que unos colores tan bien conservados llegaron a ser tapados.

En el caso del rostro de la Virgen, el grabado de Raffaello Schiaminossi (1.572-1.622) antes mencionado, dio la pista sobre la composición original.

fotografia multiespectral

Desgastes pictóricos

El cuadro objeto de nuestra restauración fue pintado sobre una preparación roja, a base de bol. Se trata de una arcilla que se empleó de manera extensa en la pintura española de los siglos XVII y XVIII. El principal problema de esta preparación es que es muy soluble en agua. Los tratamientos son sumamente delicados, puesto que la pintura original se ve muy expuesta al desgaste.

A lo largo de la historia de este cuadro, sufrió numerosas limpiezas con paño húmedo, especialmente en las zonas bajas, más accesibles. Por este motivo la composición de los ángeles que sostienen a la Virgen se encontraba muy perdida. Gran parte de la composición de la zona inferior carecía de legibilidad. Una vez más, nos apoyamos en el grabado de Raffaello Schiamarossi.

tratamiento de limpieza de cuadro

Cómo determinar la datación concreta de una obra de arte

 La experiencia de los restauradores nos ayuda a detectar la antigüedad de los materiales que componen una obra. Tales son los craquelados, tipo de preparación, o el estado del lienzo.

Otras bases que nos ayudan a orientar una datación aproximada, es a través del estilo e iconografía de la representación. En este caso, los colores de la indumentaria de la Virgen dan la orientación de que se pudo pintar antes del año 1.715.

Antonio Palomino fue un tratadista del arte (y pintor) que en el año 1.715 publicó su obra “El museo pictórico y escala óptica”. En él marcó la pauta para otros muchos artistas sobre cómo debía representarse a la Virgen María. Estableció una iconografía que seguirían los pintores que trabajaron al servicio de la Iglesia (en el año 1.760 el rey Carlos III proclamó a la Inmaculada Concepción como patrona de España). Los colores blanco en su túnica, y azul celeste en el manto, marcarán el estilo que seguirían todos los pintores.

Antes de ese año, a la Virgen María se le vestía de colores rojo y azul. En el Museo del Prado podemos ver numerosos ejemplos de ello, en artistas como Antonio del Castillo, Antonio Carnicero, o Vicente Macip.

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